lunes, 8 de julio de 2013

Activos Intangibles: La ventaja competitiva de nuestro siglo.




En época tan remota como el Siglo V antes de nuestra era, Heráclito de Efesio sentenció: “Nada es permanente, excepto el cambio”, dejando así sentada la condición básica del desarrollo y la vida del hombre.  El cambio es condición de existencia, y esta presente en todos los ámbitos de la vida y la sociedad. Con la evolución de la técnica y la ciencia, y el desarrollo de tecnologías cada vez mas avanzadas y poderosas, los cambios en la sociedad moderna se suceden a una velocidad tal que pudiera colegirse que es ahora, como nunca antes, que el mundo y la sociedad afronta cambios mas recurrentes y profundos.
Las comunicaciones cada vez más eficientes, hacen que los avances tecnológicos se generalicen y expandan más rápidamente; y el desarrollo de la ciencia y la técnica, hacen que la obsolescencia tecnológica se manifieste con mucha más celeridad, que en etapas anteriores de la evolución humana. Todo lo cual ha determinado que la tecnología pierda su estatus de ventaja competitiva, obligando al mundo empresarial a un proceso de transformaciones, vertiginoso, en todos los ámbitos: estratégico, estructural, tecnológico, etc.  Estos cambios se manifiestan a través de nuevas actividades, nuevos métodos, nuevas técnicas, nuevos modos de gestionar, procedimiento diferentes, maquinas mas complejas y sofisticas, entre otros.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, el capital humano ha cobrado una gran importancia en entorno empresarial, ya que es en su desarrollo y administración, donde hoy en día se localizan las mayores potencialidades para obtener ventajas competitivas, que conduzcan al éxito en los negocios. El crecimiento de este capital, a partir del incremento sostenido de las habilidades y competencias de los colaboradores, es en nuestros días, la mayor fuente de éxito en el mundo empresarial, razón por la cual los activos intangibles ocupan hoy el centro de atención de los gerentes.
Gestionar el conocimiento y las competencias del personal, es un elemento sustancial de la estrategia en las empresas contemporáneas. La velocidad con que envejece el conocimiento en nuestros días, obliga a un proceso de aprendizaje continuo, cuya base es la incorporación de las habilidades necesarias para “aprender a aprender”, incorporando conocimientos y competencias, como algo cotidiano, que forma parte de la actividad laboral y profesional.
La implementación de un sistema de gestión de capital humano eficaz, no radica en “dar un pescado para matar el hambre” sino en “enseñar a pescar”, facilitando los medios para ello. Ningún graduado, no importa la especialidad o profesión de que se trate, puede ser efectivo en su puesto de trabajo, si no desarrolla las habilidades de adquirir nuevos conocimientos e incorporar nuevas habilidades, dada la velocidad con que los saberes se hacen obsoletos en el mundo de hoy. Las empresas contemporáneas deben cimentar su éxito en la acumulación de conocimientos y en la competencia de su personal, ya que los activos intangibles son hoy día, los que determinan las ventajas frente a la competencia en los negocios.  
A pesar de ello, nuestra experiencia como consultora nos permite afirmar que muchas empresas de mediano y pequeño tamaño, no han tomado conciencia de los cambios que se han dado en el mundo empresarial, y no están brindando la debida importancia al incremento sostenido de sus activos intangibles, por lo que muchas veces sucumben ante sus competidores, al ser incapaces de satisfacer las renovadas necesidades y expectativas de sus clientes.
La gerencia de los 2000, esta obligada a poner en el centro de su estrategia, el manejo y crecimiento de sus activos intangibles, así como a lograr mediante la fidelización de sus empleados, que se mantenga la memoria corporativa: conocimientos sobre las particularidades y desarrollo del sector, uso de la tecnología disponible en la organización, experiencia en el negocio, dominio de métodos empleados en el tratamiento a los clientes, etc.; aspectos que, a diferencia de la tecnología y los recursos materiales, no pueden ser copiados ni imitados por otras empresas y que dominan los miembros de cada organización.
Por desgracia son muchos los dueños de negocio que continúan considerando a sus empleados como “recursos humanos”, administrándoles de manera mecánica, sin atender al desarrollo de sus competencias y habilidades, y desoyendo sugerencias que podrían atraerle mayor número de clientes,  y por ende, mayores utilidades.
Desconocer que un capital humano en incremento permanente es una fuente inagotable de éxito, conduce necesariamente a la pérdida de oportunidades de mercado y, en los casos más críticos, a la desaparición de la empresa.

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