Abundando en las Competencias Gerenciales
La mayoría de las
personas que inician un negocio, lo hacen sin pensar en como deben dirigir el
mismo, y van avanzando en la administración, de forma mas bien empírica, sin
haber realizado estudios previos de cómo debe dirigir el mismo. Quizás cuando
se trata de un negocio pequeño, donde solo trabaje la familia, no sea tan
necesario el desarrollo de otras competencias gerenciales, ya que el respeto y
los intereses comunes, pueden garantizar que todos funciones armónicamente, en
la dirección deseada y de la manera esperada.
Sin embargo, en la
mayoría de los casos, los dueños de negocio tiene trabajadores que no
pertenecen a su familia, incluso existen algunos que lo prefieren. Es entonces
que el ejercicio de la administración, para que esta sea exitosa, impone el
desarrollo de un grupo de habilidades gerenciales que permitan cohesionar a
todo el personal en torno a los propósitos del negocio, para que se obtengan
los beneficios esperados. La formación y desarrollo de estas competencias,
transitan un largo camino, desde el conocimiento hasta la acción, transitando
los siguientes estadios:
El nivel del saber, ser refiere al conjunto de conocimientos
donde se sustenta una determinada competencia; estos conocimientos puede ser técnicos
o sociales. Los conocimientos técnicos se orientan a la ejecución de
determinadas tareas, en tanto que los conocimientos de carácter social se
orientan hacia las relaciones interpersonales. En este nivel, los conocimiento
pueden adquirirse en una institución docente o pueden haberse adquirido con la
experiencia, mediante la percepción propia, producto de vivencias generalmente
reiteradas.
Saber
hacer consiste en poner en practica los conocimiento adquiridos. Como en el
caso anterior, las habilidades correspondientes a este nivel se clasifican en: cognitivas,
técnicas y sociales. Las habilidades
cognitivas son las que permiten el proceso de la información recibida para
analizarla, interpretarla y resumirla para tomar decisiones. Las habilidades
técnicas se orientan a la realización de tareas concretas, tales como realizar
un balance contable, hacer una auditoria, elaborar una estrategia, organizar un
taller, etc. Las habilidades sociales propician la relación interpersonal en
actividades tales como dar una reunión, trabajar en equipo, ejercer el
liderazgo, negociar y hablar en publico.
En el nivel “saber estar”
se agrupan las habilidades que le permiten la integración y pertenencia a un
grupo, y la adecuación a un determinado entorno social y cultural. Entre estas
habilidades se encuentran los valores, las creencias y las actitudes, todas las
cuales se relaciona directamente con la psicología y el desarrollo de la
personalidad.
Además de tener
conocimientos, saber aplicarlos y tener las habilidades para desenvolvernos con exito en un determinado entorno social, el desarrollo de las
competencias precisa del “querer hacer”. Este nivel integra las aptitudes y las
condiciones personales, en un término que permite tomarlos como un todo al que
llamaremos potencialidades. En este
nivel resultan determinantes las motivaciones del individuo para mostrar o no
las habilidades desarrolladas. Al respecto, la
Psicología de la Motivación proporciona pautas de análisis para comprender la
motivación humana, las variables implicadas y las posibles estrategias para
abordarla.
El nivel del poder hacer
integra un grupo de factores relacionados con las habilidades personales y con
las características situaciones que intervienen en el proceso de desarrollo de
las competencias. Desde el punto de vista individual se integran la capacidad
personal, las aptitudes y los rasgos personales, dicho de otro modo, las
potencialidades del individuo. Desde el punto de vista de la situación, este nivel atañe
a que tanto favorece el medio el desarrollo de una competencia en especifico.
Cuando se integran todos
estos componentes, conocimientos y habilidades, se adquiere la competencia
deseada y se logra hacer lo que es preciso con eficacia.
Las habilidades y
competencias que precisa un buen gerente, son muchas y complejas, ya que
incluyen no solo el conocimiento del negocio y las habilidades técnicas
asociadas al mismo, sino también un grupo de competencias generales que le
permitan liderar a sus colaboradores con éxito. Dado que las competencias
técnicas, son especificas de cada tipo de negocio en particular, en función de
la producción o servicio de que se trate; en este espacio, vamos a abordar las
competencias gerenciales, las cuales son comunes a cualquier tipo de
organización, tanto a la dirección de la escuela, como a la de un hospital, una
fábrica, una corporación o un negocio de pequeñas dimensiones.
En la formación de un
gerente, los conocimientos y habilidades asociadas al ejercicio de la dirección,
se relacionan directamente con el contenido de las cuatro funciones generales
de la dirección: planificar, organizar, liderar y controlar. Algunos especialistas han agrupado las
competencias necesarias para un gerente en tres categorías: de gestión,
sociales y emocionales.
Las competencias de gestión
se refieren a aquellas habilidades que permiten al gerente el ejercicio eficaz
de las funciones generales y especificas de la dirección de su negocio u organización.
Como parte del ejercicio de la planificación, el gerente debe ser capaz de
elaborar estrategias, fijar metas objetivamente, elaborar planes de trabajo y
planificar el trabajo de cada uno de sus colaboradores, aprovechando todas sus
potencialidades.
La función de organización
demanda de los gerentes la capacidad de distribuir adecuadamente los recursos, utilizándolos
eficientemente; y en el orden personal, saber llevar una agenda, dar una reunión,
manejar su archivo y la documentación general del negocio. El ejercicio exitoso
del liderazgo en la actualidad, pone el énfasis en el desarrollo de las
competencias sociales y emocionales, ya que son estas las que permiten
relacionarse adecuadamente con las personas, motivarlas, y lograr el compromiso
necesario en torno a las metas de la organización.
Finalmente, el control
supone el dominio de las técnicas de control, la interpretación de los estados
financieros, el análisis económico y el dominio de las leyes que se aplican en
el negocio especifico que se trate. También se relacionan con el control las técnicas
de evaluación del personal; del control de la calidad y del sistema de seguridad
y salud en el trabajo.
Del numeroso grupo de
competencias que precisa un gerente exitoso, las menos conocidas por una proporción
significativa de los dueños de negocios y directivos, son las competencias
emocionales; sin embargo, hoy en día son estas competencias las que pueden
darle mayor numero de dividendos, toda vez que la diferencia competitiva mas
relevante en estos momentos se localizan en el capital humano, y es en esta área
donde las competencias emocionales surten su mayor influencia. Por la
importancia de estas competencias, en el desarrollo de los directivos contemporáneos,
le dedicaremos un espacio exclusivo en nuestra próxima publicación, a fin de
poder profundizar en su contenido.