martes, 17 de noviembre de 2015

El Séptimo Pecado: Iniciando la Práctica de la Meditación (II Parte)


En la primera parte de este séptimo y último “pecado” que conspira con nuestra felicidad cada día, estuvimos valorando los beneficios que nos traería concentrar nuestra atención en el “aquí y ahora” y mantener una actitud de alejamiento, como una “mosca que observa desde la pared”, para poder enfrentar los retos de la vida de una forma más constructiva y evitar los sentimientos negativos que no nos permiten adoptar las mejores decisiones para vivir una vida más plena y feliz.

Esta segunda parte, la vamos a dedicar a ofrecerle algunas orientaciones para aplicar “mindfulness”, una de cuyas interpretaciones es “meditación”. Como ha comprobado un gran número de académicos occidentales, que son catedráticos de prestigiosas universidades en el mundo y en particular en Estados Unidos, la práctica de la meditación, no está asociada necesariamente a la práctica religiosa, sino que resulta una herramienta muy eficaz para el desarrollo de la atención y la concentración, competencias mentales muy necesarias para la vida profesional y personal de cada individuo.

Meditar no supone ser, necesariamente, practicante del budismo o el hinduismo, ni tan siquiera ser religioso en sentido general; de lo que se trata es de utilizar dichas técnicas para lograr un mayor desarrollo de competencias psicológicas y mentales, para poder vivir el aquí y el ahora, y distanciarnos de los problemas para poder darles solución de forma objetiva, sin que nuestras emociones  impidan que tomemos decisiones efectivas y eficaces, que nos proporcionen una mayor felicidad y nos haga tener éxito en nuestras vidas.

A continuación, les brindamos las instrucciones para una práctica denominada “Presencia” que les permitirá, a partir de su reiteración y sistematización, desarrollar e incorporar las competencias necesarias para vivir una vida más plena y feliz y construir relaciones más duraderas y  fructíferas.

Práctica de Presencia. Orientaciones

1.- Busque un lugar tranquilo y agradable donde se sienta bien.

2.- Siéntese cómodamente, con los pies firmes en el suelo y las manos en su regazo, la situación de las palmas (hacia arriba o hacia abajo) es opcional.

3.- Puede cerrar sus ojos si así lo desea, pero no es imprescindible. No obstante, en la mayoría de los casos es mejor cerrarlos al menos en las primeras prácticas para obtener una mayor concentración.

4.- Coloca su pensamiento en la parte más alta de su cabeza, y mentalmente descienda por todo su cuerpo, lentamente, y vaya relajándose cada una de las partes del cuerpo por la que desciende su pensamiento hasta los pies, y regrese nuevamente hacia arriba. Repítalo tanto como sea necesario para quedar lo más relajados posible.

5.- Una vez alcanzado una relajación general, concentre su atención en su respiración, tomando conciencia de cada inspiración y cada expiración; en tanto continúa sintiendo una mayor relajación.

6.- A continuación, ponga atención en los latidos de su corazón, tome conciencia de su ritmo y su permanente impulso de la vida por todo nuestro cuerpo; mientras mantiene y profundiza su estado de relación.

7.- Ahora, dirija su atención a su cerebro, y limpie su mente de todo tipo de pensamiento, trate de lograr una ausencia de pensamientos total.

8.- Una vez lograda una total relajación, repita pensando en su mente “No tengo nada que promover”; ahora dirija su pensamiento a su respiración y repita “No tengo nada que defender”; dirija su atención a su respiración y repita “No tengo nada que temer”, y continúe repitiendo “La única realidad es que yo estoy aquí ahora”.

9.- Repita el paso número 8, al menos tres veces.

10.- Tómese un tiempo para respirar y descansar.

11.-Termine la práctica, abriendo suavemente los ojos, si es que lo mantuvo cerrados.

Para concluir este ciclo acerca de la felicidad, y las formas en que podemos construirla o destruirla, les regalamos los 7 pasos de la felicidad  esperando como siempre, que mis lectores encuentren provecho en nuestras entregas y que éstas puedan contribuir a lograr mejores relaciones interpersonales, tanto como directivos o profesionales o en nuestras vidas personales.






martes, 10 de noviembre de 2015

El Séptimo Pecado: Ignorar la Fuente Interior (I Parte)


A pesar de ser el último pecado, el desconocimiento de la fuente interior es con mucho el más importante de todos los pecados analizados y discutidos hasta ahora, dada la transcendencia de que este pecado tiene en nuestra felicidad. Pero más que discutir el pecado en sí, resulta mucho más interesante establecer y entender, cuál es el hábito que nos pondrá en condiciones de eliminar y erradicar la tendencia a ignorar nuestra fuente interior. El término inglés acuñado para el antídoto del séptimo pecado es: “mindfulness”, lo que en español se interpreta como “concientización”.

Para poder entender, a ciencia cierta, que es “concientización” voy a utilizar una frase de una amiga de mi infancia, psiquiatra infantil muy reconocida, la Dra. Teresa Calvo Oliva: “Debemos de vivir siempre en el aquí y ahora”. Una brecha por donde se nos escapa la felicidad, a penas sin sentir, es la tendencia a querer abarcar varias situaciones y realidades a un tiempo, lo que nos hace perder conciencia total de la experiencia que estamos viviendo.

Las investigaciones realizadas por especialistas acerca del tema, han demostrado que las personas son felices cuando nos focalizamos plenamente en la experiencia que estamos viviendo “aquí y ahora”. Por el contrario, cuando nuestra mente deja de concentrarse en la experiencia presente, nuestras preocupaciones, nuestros temores, nuestras ansiedades y nuestros remordimientos toman cuerpo en nuestras mentes y nos roban las posibilidades de ser verdaderamente felices.

Dado que la concientización es una fuente de felicidad, aun cuando la  experiencia sea negativa, se hace evidente la necesidad de que desarrollemos el beneficioso hábito de vivir el “aquí y ahora”; sin embargo es mucho más fácil definirlo y entenderlo que aprender a practicarlo. Practicar “mindfulness” es mucho más fácil cuando estamos en estado de flow o cuando estamos inmersos en eventos agradables; pero se hace mucho más difícil cuando el evento es negativo y estamos tristes o estresados. Para incorporar este beneficioso hábito resulta imprescindible pensar y vivir “aquí y ahora”.

Resulta indispensable resaltar que aplicar “mindfulness” no implica mantenernos alejados de los pensamientos negativos o regular nuestros pensamientos. De lo que se trata es de mantenernos enfocados en el aquí y ahora aunque se trate de un evento negativo, pero como meros observadores, sin hacer juicios o comentarios. Los sentimiento negativos, generan pensamientos negativos, acciones negativas o remordimientos y culpas, que inducen un nuevo grupo de pensamientos también negativos que inducen acciones que generaran nuevos sentimientos negativos, cíclicamente; convirtiéndose en un círculo vicioso, que ahoga y oprime nuestra felicidad.

Practicar “mindfulness” es:
Observar qué está ocurriendo intensamente, pero sin establecer juicios al respecto.
Observar que ocurre en nuestro entorno.
Observar que ocurre en nuestro interior.
Observar las metas, acciones, pensamientos y emociones que estamos experimentando; como si fuéramos una mosca que observa desde la pared.



Cuando somos “una mosca en la pared”, ponemos distancia entre nosotros y lo que está ocurriendo, y esta distancia reduce significativamente la intensidad de nuestras reacciones emocionales, como resultado de lo cual nos sentimos más calmados y tranquilos, y podemos tener una mayor flexibilidad en nuestras respuestas y reacciones, lo que supone:
  • La habilidad de diferenciar exactamente nuestros sentimientos, remordimientos, culpas, temores y pensamientos.
  • La habilidad de discernir que se opone y que ayuda a tomar decisiones conscientes.
  • La habilidad de observar que está ocurriendo sin juzgar o hacer comentarios al respecto.
  • La habilidad de despersonalizar los problemas y observarlos  desapasionadamente, en clama, sin involucrarnos sentimentalmente.

Practicar “mindfulness” lleva implícito una paradoja, ya que en tanto más logramos tomar distancia entre nosotros y lo que está ocurriendo a nuestro alrededor, estamos más íntimamente relacionados con lo que está ocurriendo. No obstante, esta práctica nos brinda tantos beneficios – tanto psicológicos como fisiológicos – que vale la pena ponerla en práctica y desarrollar el hábito de enfrentar todos los eventos de la vida con esa perspectiva.

Entre los beneficios de incorporar las habilidades relacionadas con  practicar “mindfulness”, se encuentran las siguientes:
  • Lograr una relación más íntima con la situación del momento.
  • Estar más calmados.
  • Desarrollar la capacidad de responder de manera más flexible ante los problemas.
  • Mantener una relación más íntima con sus propias sensaciones y emociones.
  • Ayuda a responder a los eventos de la vida con inteligencia emocional.
  • Promueve la gentileza y la compasión.
  • Favorece la incorporación del Tercer Hábito para asegurar la felicidad que es ser amoroso y generoso.
  • Promueve hacer el bien.
  • Facilita enfrentar los cambios, ya que propicia una mayor relación con la realidad presente, y en consecuencia nos proporciona mayor felicidad.
  • Mejora la salud física, ya que incrementa la salud del corazón y fortalece el sistema inmunológico.
  • Mejora la salud sicológica, ya que nos hace sentir más relajados, más calmados y mejor dispuestos a ser compasivos.
  • Incrementa nuestra creatividad.
  • Nos ayuda a ganar un mayor acceso a todas nuestras experiencias y conocimientos.


Muchos científicos estudiosos del tema, concuerdan con que la felicidad es un estado interno de cada ser humano; es decir, no llega desde el exterior, sino que su fuente se encuentra en nosotros mismos, y la manera más efectiva de ponernos en contacto con esta fuente es practicando “mindfulness”.

De acuerdo con Anais Nin, “Nosotros no vemos las cosas como son; nosotros vemos las cosas como nosotros somos”. Por otra parte, Buddha sentenció que “Donde hay percepción, hay decepción”. Practicar “mindfulness” nos ayuda a buscar la felicidad en esa fuente interior. De acuerdo con el criterio generalizado de muchos estudiosos, principalmente asociados al Hinduismo y el Budismo, la felicidad es el estado natural del ser humano, y su fuente está en nuestro interior; y cada día son más y más los que científicos que coinciden en señalar la práctica de “mindfulness” como la mejor vía para contactar con nuestra fuente interior de felicidad.

No obstante, la incorporación de esta práctica, choca muy a menudo con algunos obstáculos motivacionales, a saber:
  • “Su práctica no es científica”.  Incorrecto. Cada día son  más numerosos los estudios psicológicos que sustentan, que han probado estadísticamente, las ventajas de practicar “mindfulness”, tanto psicológicas como fisiológicas.
  • “Eso es cosa del Hinduismo y el Budismo”. Incorrecto. Profesores de las más prestigiosas universidades estadounidenses, imparten actualmente cursos acerca de las bondades asociadas a la práctica de la meditación y sus efectos en la salud física y mental de los que incorporan su práctica sistemática. Por otra parte, todas las religiones – de un modo u otro – promueven la felicidad interior mediante la oración, la meditación y la búsqueda del equilibrio emocional interno.
  • “Nos vuelve débiles”. Incorrecto. No podemos confundir la bondad y la compasión, con debilidad. Muchas veces las personas que no son capaces de manejar el estrés, tratan de desacreditar la práctica de “mindfulness”, sin analizar sus propias limitaciones, adjudicándole sus limitaciones personales a dicho ejercicio mental.


Incorporar este hábito no enfrenta solamente los anteriores obstáculos, también existen otros de carácter cognitivo:
  • Confundirlo con pensar menos y decidir por lo que parece ser. Incorrecto. Por el contrario, de lo que se trata es de modificar la relación con nuestros pensamientos, tomar distancia para poder pensar mejor; no se trata de cantidad sino de lograr una mayor calidad en nuestra forma de pensar.
  • Esperar no experimentar temores antes de incursionar en la práctica. Incorrecto. Resulta imposible que desaparezcan todos nuestros temores sin practicar “mindfulness”, así que esta limitante construye un círculo vicioso a nuestro alrededor que nos impide incorporar esta práctica y por ende, suprimir esos temores.
  • Incorporar esta práctica lleva mucho tiempo. Incorrecto. Incluso cinco minutos de mindfulness puede traer resultados significativos en cinco semanas.


Sin embargo, los beneficios de superar estos obstáculos son tantos, que bien valen la pena eliminarlos, y comenzar a incursionar en la práctica sistemática de la concientización (mindfulness) a través de la meditación. Ahora bien, al iniciar nuestra práctica, resulta imprescindible no hacernos expectativas desmedidas, para lo cual es recomendable comprometernos únicamente al comienzo con alcanzar la meta de ser “una mosca en la pared”. Asimismo, debemos practicar la búsqueda desapasionada de la pasión y la auto-compasión para corregir el rumbo si nos desviamos de ese único objetivo, a fin de no desesperarnos o decepcionarnos.

Algunos consejos para los inicios:
  • Tenga en cuenta que cada sesión es una nueva sesión, así que no debe hacerse nuevas expectativas.
  • Trate de dar lo mejor de sí para lograr su único objetivo: ser una mosca en la pared.
  • Cuando descubra que se ha desviado, no se juzgue ni se decepcione, simplemente corrija el rumbo nuevamente utilizando la autocompasión y la búsqueda desapasionada de la pasión.
  • No existen las malas sesiones de meditación, cada nueva sesión aporta más habilidades que propiciarán una mejora continua de su práctica.
  • De acuerdo con el criterio de Chade Mig Tan, debemos enfrentar la práctica de la meditación del mismo modo que mantenemos el equilibrio en una bicicleta. Cuando la bicicleta se desvía un poco de su rumbo hacia la izquierda, recobramos el equilibrio ajustándolo moviendo el timón a la derecha, y viceversa. Cuando hacemos pequeños reajustes reiterada y rápidamente, se crea una sensación de balance continuo, y lo mismo pasa con la atención. Si nos desviamos del curso de nuestros pensamientos, y corregimos reiteradamente cualquier desviación, vamos desarrollando la habilidad de mantener la concentración en el propósito de la práctica.

Así pues, no debemos pretender ser maestros de la meditación de hoy para mañana; sólo la práctica sistemática, y la interiorización de los conceptos y consejos que hemos abordados en esta primera parte del análisis del Séptimo Pecado, nos prepararán para incorporar el hábito que propicia su erradicación. En la segunda parte, ofreceremos un método sencillo para iniciar las prácticas de mindfulness. Hasta entonces les dejo este pensamiento Mahatma Ghandi: “Tengo mucho que hacer hoy así que debo meditar por dos horas en lugar de una”.



martes, 3 de noviembre de 2015

El Sexto Pecado: No confiar en la Vida


Uno de los pecados que muy frecuentemente cometemos contra nuestra felicidad, es la desconfianza y el temor a los azares de la vida, la cual puede llegar a ser extremadamente impredecible. Es muy probable que a mis treinta años -- con una vida profesional hecha, una familia felizmente constituida y unida y una total confianza en mi futuro desarrollo personal—si alguien me hubiera dicho que tendría que recomenzar a construir mi vida a los 66 años en un país ajeno, no lo hubiera creído. Sin embargo, así es, y como “no se puede llorar sobre la leche derramada”, no ha quedado otra alternativa que enfrentarnos a ese gran reto, con el mayor arresto posible, y reconstruir nuestra felicidad desde ese nuevo comienzo.

La capacidad de enfrentar los retos, azares o problemas de la vida, ha sido definida como “resiliencia”, aunque también se pueden utilizar términos menos académicos como resistencia o adaptación.  La resiliencia supone la habilidad de comprender que de un resultado en principio negativo, se pueden derivar un grupo de consecuencias positivas. De acuerdo con el criterio de W. Blake, “la alegría y la aflicción están bien entrelazadas”, así que sólo es cuestión de que seamos capaces de analizar cualquier contratiempo o resultado negativo para derivar las consecuencias positivas que se derivan del mismo.

Por desgracia, la mayoría de nosotros obvia tales criterios y sólo busca la felicidad en los resultados, sin tener en cuenta que esta nociva tendencia lo enfrenta al riesgo de no sentirse feliz nuevamente y una disminución significativa de su voluntad para proponerse y perseguir el logro de nuevas metas. Quien así actúa, no toma en consideración un hecho ampliamente probado por investigaciones especializadas: la mayor cuota de felicidad no radica en el resultado sino en el proceso. Las personas son mucho más felices cuando tienen un motivo que los mantiene ocupados que cuando están ociosas, sobre todo cuando están inmersas en algún proyecto que tiene gran significación para ellas.

Todos estos resultados evidencian que podemos derivar nuestra felicidad del proceso de trabajo para alcanzar nuestras metas. Podemos obtener una alta cuota de felicidad durante nuestra preparación para un examen o cuando planificamos unas vacaciones; podemos derivar una cantidad significativa de felicidad trabajando para esos resultados, y no de los resultados en sí, lo cual nos revela el antídoto contra el temor a la vida y sus azares: la búsqueda desapasionada de la pasión, lo que supone no supeditar la felicidad a los resultados, y no pensar en éstos hasta que no hayan ocurrido.

La búsqueda desapasionada de la pasión, puede definirse como preferir ciertos resultados antes de que estos ocurran, pero no ser críticos cuando estos hayan ocurrido. Esta nueva habilidad puede parecer extremadamente difícil de incorporar, porque es mucho más fácil aferrarse a un punto de vista consistente sobre las cosas, y todos nosotros sentimos – en mayor o menor grado- la necesidad de la consistencia. No obstante, la búsqueda desapasionada de la pasión, es el sexto hábito necesario para alcanzar una mayor felicidad.

De manera general, podemos establecer que existen tres formas de afrontar nuestras metas:
  • La búsqueda obsesiva de la pasión, lo que supone una fuerte preferencia por ciertos resultados tanto antes como después de que se hayan producido los mismos, lo que puede hacernos muy infelices cuando no coinciden los resultados con nuestras expectativas.
  • La aproximación indiferente a la pasión, lo que consiste en mantener una actitud indiferente acerca de los resultados, tanto antes como después de que éstos hayan ocurrido. Esta actitud es síntoma de depresión y necesidad de ayuda, porque la vida no es vida verdaderamente cuanto no tenemos deseos, aspiraciones o preferencias.
  • La búsqueda desapasionada de la pasión, lo cual implica la preferencia por ciertos resultados antes de concluir el proceso, sin situarnos en una posición crítica después de obtenidos los resultados. Este es el mejor modo de aproximación a nuestras metas, si de lo que se trata es de ser más felices.

 ¿Cómo podemos incorporar este nuevo y beneficioso hábito a nuestras vidas?

Para incorporar a nuestro desempeño cotidiano el hábito de aproximarnos a nuestras metas desapasionadamente y lograr ser más felices durante el proceso, en lugar de decepcionarnos con los resultados, le sugerimos las siguientes estrategias:


  • Reflexione sobre los resultados negativos. Cuando uno rememora los resultados después de ocurridos, puede modificar su punto de vista y evaluar cómo podrían mejorarse los mismos; cosa que es imposible hacer durante el proceso. Los elementos negativos, que determinaron los resultados, y que deberían ser corregidos solo es posible analizarlos e ponderarlos mirando hacia el pasado, y durante el proceso siempre tenemos la vista puesta hacia delante.

  • Revierta los resultados. Busque el modo de encontrar que aspectos positivos se han desencadenado como consecuencia de los resultados negativos obtenidos. Para ello resulta recomendable apoyarnos en un sentimiento de gratitud. Por supuesto que es más fácil ser agradecido cuando los resultados son buenos, pero aún podemos serlo en caso contrario, porque siempre existen aspectos positivos que se desencadenan a partir de resultados que aparentan ser totalmente negativos, solo es cuestión de ser capaces de hallarlos.
  • Lleve un registro de hechos negativos que se tornaron positivos a la larga. En la mayoría de los casos, cosas que fueron en principios negativas, a largo plazo resultan ser positivas, o derivar nuevos resultados positivos. Es por eso recomendable que - para reforzar nuestra voluntad de confiar más en la vida, ser más resilientes y, en consecuencia,  mucho más felices – llevemos durante un tiempo un diario de aquellas cosas que tomamos inicialmente como negativas y que a la postre redundaron en cosas positivas para nuestra vida personal o profesional.


  • Tenga una actitud espiritual. Es esta quizás la más importante estrategia para desarrollar la resiliencia y afrontar los azares y retos de la vida, y consiste en interiorizar que “todo sucede para nuestro propio bien”. Esta actitud lleva implícita la certeza de que aun cuando una experiencia sea en extremo negativa, saldremos de ella enriquecidos, con una mayor sabiduría; que cualesquiera que sean las circunstancias negativas que afrontemos, éstas nos harán crecer y mejorar como seres humanos, y nos prepararán para vivir una vida más plena y feliz.

Adoptar la estrategia de mantener una actitud espiritual, se sustenta en la siguiente hipótesis: “Podemos confiar en la vida y todo lo que ocurre es lo mejor para nosotros”. De acuerdo con el profesor Kenneth Pargament, ser espiritual significa ser capaz de ver más allá de la superficie de la realidad e incrementa nuestra felicidad.





lunes, 26 de octubre de 2015

El Quinto Pecado: Desconfiar de las demás personas





Desconfiar de los demás en exceso, es el quinto de los pecados que cometemos contra nuestra felicidad, y consiste en adoptar una actitud recelosa en nuestras relaciones interpersonales, asumiendo que los demás no son de fiar, antes de darles la oportunidad para probar su confiabilidad.

El antídoto para este “pecado” es la confianza inteligente, que como su nombre indica, consiste en confiar en los demás duna manera tal que:
  • Se maximicen nuestras oportunidades de obtener beneficios, ya sean materiales o emocionales, a partir de confiar en otras personas.
  • Se minimicen las oportunidades de ser engañados, perjudicados o heridos.


Un estudio realizado por una agencia internacional, cuyo propósito fue analizar la relación entre felicidad y la confianza en otras personas, obtuvo resultados muy interesantes, ya que se demostró que en aquellos países con una mayor proporción de confianza mutua, el ranking obtenido en la felicidad fue muy superior. Por ejemplo, en Dinamarca, cuyos ciudadanos alcanzaron el número uno del ranking de felicidad, el nivel de confianza mutua fue del 68,4 % y los de Noruega, que ocuparon el segundo lugar del ranking de felicidad, alcanzaron un nivel de confianza mutua del 64,5 %.

Así, según se desciende en la tabla del ranking obtenido, descienden igualmente los niveles de confianza en las relaciones interpersonales, demostrándose que existe una correlación casi perfecta entre el grado de felicidad y el nivel de confianza en las demás personas con quienes nos relacionamos.

Una de las razones por las que la confianza es tan importante para la felicidad es porque la economía funciona mejor en las sociedades en las cuales existe un alto grado de confianza en las relaciones interpersonales, de los empresarios y otras personas relacionadas con los negocios. Si usted confía en las personas que le rodean, puede avanzar sin tener que estar todo el tiempo mirando a sus espaldas, y como consecuencia, avanza más.

Las personas que asumen sus relaciones sin una desconfianza intuitiva, son más felices, y se desenvuelven en un ambiente distendido, de mutuo entendimiento, ya  que cuando uno confía en otra persona se segrega una hormona llamada oxitocina, que es la misma hormona que segregamos cuando estamos en una relación afectiva amorosa o cuando las madres alimentan a sus bebés mediante la lactancia materna.

Si se asumen los resultados de las investigaciones realizadas acerca de la relación entre confianza y felicidad, parece una buena idea confiar en los demás, sin embargo, la mayoría de nosotros estamos más preparados culturalmente para desconfiar, debido a que confiar, generalmente,  es más peligroso que desconfiar. Dicho de otro modo, la herencia cultural nos enseña que en este caso, es mejor pecar por exceso que por defecto, a lo cual contribuyen significativamente los medios de difusión masiva, que rara vez hablan de sucesos donde la confianza sea la protagonista, sino de asaltos, robos y asesinatos, que nos hacen vivir prevenidos y desconfiando de todo aquello que no conocemos.

La xenofobia, las tendencias a las exclusiones debido a las preferencias sexuales, el origen, la cultura, la raza, etc. no son más que manifestaciones del quinto pecado contra nuestra felicidad. Por el contrario, confiar inteligentemente, no brinda una visión de cuán maravilloso sería vivir en un mundo en el que todos pudiéramos confiar unos en otros. La confianza proactiva en los demás, ayuda a construir la confianza interpersonal en la sociedad.



La confianza en los demás es importante para nuestra felicidad y para la felicidad de todos, entonces resulta necesario que aprendamos cómo erradicar la tendencia a la desconfianza en otros y como desarrollar una confianza proactiva en nuestras relaciones interpersonales. Cuando practicamos  la confianza proactiva:
  • Logramos rodearnos en una cálida red de relaciones interpersonales de confianza mutua.
  • Estamos ayudando a construir una cultura de confianza mutua, y con ello a la felicidad del mundo y de los demás
  • Nos hacemos acreedores de una mayor confianza y simpatía.
  • Contribuimos al crecimiento espiritual de la sociedad.

Ahora bien, antes de conocer las estrategias para desarrollar el hábito de mantener una confianza inteligente y proactiva, parece lógica conocer cuánto de confiados o no tenemos. Evalúe su tendencia a la confianza mediante el siguiente instrumento.

Evalúe las siguientes proposiciones utilizando una escala de 1 a 5 en la cual:
1: totalmente en desacuerdo
2: medianamente en desacuerdo
3: de acuerdo o desacuerdo en igual medida
4: medianamente de acuerdo
5: totalmente de acuerdo

Proposiciones:
1.      La hipocresía está en crecimiento en nuestra sociedad.
2.      Para uno es mejor ser prevenido cuando trata con extraños hasta tener probadas evidencia de que una persona confiable.
3.      Este país tiene un futuro oscuro si no podemos atraer mejores personas a la política.
4.      El miedo y los castigos más que la conciencia, es lo que hace que la gente no rompa la ley.
5.      Un sistema de honor, donde los profesores no estén en el aula durante los exámenes traería probablemente como resultado un incremento en los fraudes.
6.      Los padres usualmente son dados a no mantener sus promesas.
7.      Las Naciones Unidas nunca será una fuerza efectiva para mantener la paz mundial.
8.      El sistema judicial es un lugar donde todos podemos tener un trato justo.
9.      Muchas personas quedarían horrorizadas si supieran muchas más noticias de las que se publican.
10.   Es más seguro creer, que al contrario de lo que dicen, la mayoría de las personas solamente están interesados en su propio beneficio.
11.   A pesar de que tengamos reportes periodísticos, es difícil conocer con objetividad acerca de los eventos públicos.
12.   El futuro se avizora promisorio.
13.   Si nosotros realmente supiéramos que va a pasar en política internacional, tuviéramos  razones para estar más atemorizados de lo que ahora estamos.
14.   La mayoría de los políticos electos son sinceros en sus campañas.
15.   Mucho de las competencias deportivas nacionales han sido resquebrajadas de una manera u otra.
16.    Muchos padres se sienten confiados de poder cumplir sus amenazas y castigos.
17.   Muchos expertos pueden confiar en decir la verdad acerca de los límites de sus conocimientos.
18.   Muchas personas pueden responsabilizarse con los que hacen y lo que dicen.
19.   En estos tiempos tan competitivos uno tiene que estar alerta por si alguien quiere tomar ventajas a su respecto.
20.   La mayoría de los idealistas son sinceros practican los que predican.
21.   La mayoría de los vendedores son honestos cuando describen las bondades de sus productos.
22.   La mayoría de los estudiantes no cometerían fraude aun cuando estuvieran seguros de que pudieran hacerlo sin tener consecuencias.
23.   La mayoría de los reparadores no te podría piezas nuevas sin necesidad, aun sabiendo tu desconocimiento sobre su especialidad.
24.   Una larga serie de reclamaciones por accidente realizadas a las compañías de seguros no prosperan.
25.   La mayoría de las personas responden las encuestas de opinión pública honestamente.

Una vez respondido el instrumento sume sus puntos y remítase a la siguiente escala de interpretación:
              Menos de 65: Su nivel de confianza interpersonal es bajo.
              Entre 66 y 76: Su nivel de confianza interpersonal es promedio.
              Más de 77: Su nivel de confianza interpersonal es alto.

Si su nivel de confianza necesita ser aumentado y usted se ha convencido de que vale la pena incorporar un comportamiento de confianza inteligente y proactiva, entonces seguramente le serán muy útiles las siguientes estrategias:
  • Recuerde que las personas se comportan más confiadamente cuando les demostramos que creemos en ellas.
  • Tenga siempre en mente los beneficios de una confianza proactiva e inteligente.
  • Minimice el daño psicológico que le pueda provocar el ser engañado.

Esta última estrategia es particularmente importante, porque cuando alguien traiciona nuestra confianza nos sentimos muy mal, defraudados y burlados. Es por ello que resulta importante subrayar que, aun cuando la confianza inteligente y proactiva, supone minimizar el riesgo de ser engañados, eso no quiere decir que no ocurra, y en ese caso debemos utilizar las siguientes herramientas para minimizar el efecto psicológico de vernos burlados:
  • Analice por qué es persona se sintió impelida a engañarlo o burlarlo.
  • Recuerde no situarse en una posición moralmente superior a la de esa persona que lo engañó.
  • Permítase adoptar una actitud de perdón hacia la persona que traicionó su confianza.
  • No se culpe a sí mismo por haber confiado, haga responsable de sus actos a esa persona.









miércoles, 14 de octubre de 2015

El Cuarto Pecado: Cómo minimizar sus efectos (III Parte)

Toda vez que hemos conocido la magnitud de nuestra necesidad de control, empleando los instrumentos sugeridos en el artículo anterior, estamos en condiciones de considerar cuál el hábito que se le contrapone y cuáles son las estrategias a aplicar para minimizar los nocivos efectos del control excesivo.

En artículos anteriores no referimos a la necesidad de responsabilizarnos con nuestra felicidad, utilizando el control de nuestras emociones para modificar nuestros pensamientos. Dicho de otro modo, el Cuarto Hábito para incrementar nuestra felicidad es el auto-control. Asimismo, hicimos alusión a los dos principales obstáculos que nos impide hacernos responsables de nuestra felicidad y desarrollar las habilidades asociadas al auto-control: el pesimismo (no podré lograrlo) y el falso supuesto de que si lo hacemos estaremos dando a los demás la oportunidad de sacar ventajas a nuestro respecto. En general, ambas percepciones sin expresiones de la resistencia al cambio.

Asumir que seremos incapaces de regular nuestras emociones y pensamientos, dejamos que el temor al fracaso y la desgana ante el esfuerzo, se constituya en un obstáculo insalvable que nos auto-limita; por otra parte, asumir como válido el supuesto de que estaremos en desventaja en relación con los demás es totalmente errado, porque está demostrado científicamente que las personas con alto nivel de autocontrol tienen mejores estándares de resultados; tienen una menor tendencia a sufrir desórdenes psicológicos; poseen una mayor autoestima; presentan menos tenencia a las adicciones; construyen mejores relaciones interpersonales; desarrollan más habilidades sociales; tienen relaciones afectivas más duraderas y una óptima respuesta emocional.

En otras palabras, las personas que tienen un alto nivel de autocontrol, desarrollan de manera notable su inteligencia emocional. El control interno y el control externo, son fuerzas compensatorias, por ello cuando incrementamos nuestro auto-control, reducimos significativamente la necesidad de mantener nuestro ámbito exterior bajo estricto control.

Si tales son las ventajas del auto control para eliminar o minimizar los nocivos efectos de la necesidad perniciosa del control, ¿qué debemos hacer para incorporar las habilidades necesarias para desarrollar el control de las emociones?

Las estrategias para lograr un adecuado control de nuestras emociones, y como consecuencia de nuestros pensamientos, son:
(a)    Aprender técnicas simples para el control de las emociones.
(b)    Mantener un estilo de vida saludable.

Técnicas Simples para el Control de las Emociones

Selección de las Situaciones: Esta es una técnica preventiva y consiste en evitar las situaciones y personas que le evoquen sentimientos negativos indeseados, le hagan sentirse incómodos, tristes o pesimistas.

Identifique sus Emociones: Solamente podemos controlar nuestras emociones, cuando somos capaces de identificar lo que estamos sintiendo, lo cual no incluye discutirlas o analizarlas, sino simplemente saber qué estamos sintiendo, sin considerar por qué y cómo.

Atención selectiva: Consiste en no fijar la atención en aquellos sentimientos o emociones que nos inspiran sentimientos negativos. Esta táctica se usa después de que experimentado la emoción indeseada, luego no tiene carácter preventivo. Es preciso aclarar, que para lograr quitarle la atención a nuestras emociones negativas no debemos utilizar “muletas psicológicas” haciendo a otras personas responsables de nuestro estado de ánimo o de nuestros fallos. Diferir el análisis de nuestros fallos, nos ayuda a una mejor comprensión y a perdonarnos, en tanto reconozcamos que no somos perfectos.

Reinterpretación consciente: Esta técnica en hacer una reinterpretación de la situación o de nuestro estado de ánimo, para considerar los elementos que pueden transformar una situación negativa en algo positivo para nuestro crecimiento personal. Esta táctica se utiliza después de que ha ocurrido un evento negativo o cuando sentimos emociones negativas, y consiste en analizar las causas que lo han motivado y buscar qué aspectos positivos se pueden derivar, como consecuencia de éste. Al hacer este análisis es preciso no colocar culpas en otras personas y recordar que somos responsables de nuestra propia felicidad, así que de lo que se trata es de reconsiderar lo ocurrido, y buscar los aspectos positivos que pueden derivarse de esta situación. Esta reinterpretación, tiene como objetivo que podamos sentirnos mejor, a pesar de nuestros tropiezos y errores.

La incertidumbre añade alegría y estímulo a la vida. ¡Se imaginan cuán aburridos estaríamos si todo fuera siempre predecible y controlable! Sin embargo, es preciso lograr un equilibrio entre la ansiedad y el aburrimiento, para poder disfrutar de una vida saludable y feliz.  Un nivel de estimulación que nos haga disfrutar de la vida, y todo su maravilloso espectro de cosas bellas y agradables, con un nivel de control y seguridad que impida que caigamos en un estado de extrema ansiedad.

Encontrar ese punto de equilibrio no  es fácil, dad la confluencia que un alto número de variables que interactúan en nuestra vida cotidiana; es quizás por ello que la mayoría de las personas no es capaz de apreciar lo positivo que pueden resultar la incertidumbre y la falta de control, en la dosis adecuada. 

Nuestras recomendaciones para lograr  este punto de estabilidad son:
  • Comer correctamente
  • Moverse más
  • Dormir mejor

Comer Correctamente

Una dieta adecuada no se trata de cuánto comemos, sino de qué comemos. Comer frutas, vegetales, granos y cereales, es una buena práctica para mantener un buen ánimo, y mantener una mejor piel, más resistente a la interacción con el medio ambiente. Por otra parte, se ha demostrado científicamente que las grasas transgénicas y saturadas se asociación con estados de ánimo agresivos y/o depresivos; por lo tanto la reducción de estas grasas en su dieta tendrá un efecto altamente positivo en su salud física y emocional.

Para comer mejor, el Dr. Rajagapal Raghunathan recomienda:

  • Disponer de alimentos saludables para las meriendas entre comidas (frutos secos, zanahoria, apio, etc.)
  • Comer en platos pequeños y que no sean blancos para poder saber exactamente cuánto comemos.
  • Llevar meriendas saludables fuera de casa cuando salimos, para evitar los carbohidratos y las comidas pesadas cuando estemos muy hambrientos.
  • Comenzar sus comidas por los alimentos más saludables, frutas y/o vegetales, para reducir la ingestión de otro tipo de alimentos.
  • Desayune adecuadamente, que el desayuno es la comida más importante del día.


 Moverse Más



Que la actividad física es indispensable para mantener una buena salud, es un lugar común en muchas lecturas, es por ello que muchas personas se disponen a pasar al menos una hora diaria en un gimnasio, llevando a cabo duras rutinas de entrenamiento. Sin embargo, en el contexto de nuestro análisis, cuando nos referimos a “moverse más”, estamos hablando de tener actividad física regularmente, a lo largo de todo el día.

Es cierto que caminar una milla diaria a primera hora de la mañana es muy saludable, pero eso no nos reportará ningún beneficio si después nos sentamos por horas bien sea a trabajar o delante de la TV, la Tablet o la PC. Es por ello que el Dr. Raghunathan, ofrece los siguientes consejos:

  • Trate de sistematizar la práctica de hacer ejercicios por las mañanas, pues los beneficios de esta actividad física le proporcionarán un buen estado de ánimo a lo largo del día.
  • Incorpore el hábito de caminar uno o dos minutos cada una hora, si es preciso puede recordárselo usando la alarma de su reloj o su PC.
  • Haga toda la actividad física que le sea posible durante el día: camine, nade, baile o haga trabajos físicos


Dormir Mejor


El 95 % de las personas, necesita entre 7 y 9 horas de sueño diarias para disfrutar de un día lleno de vitalidad y buen ánimo. Por otra parte, solamente el 2,5 % de los seres humanos se siente bien cuando duerme menos de 7 horas diariamente. Entonces, si usted no está incluido en ese exclusivo grupo y duerme menos del tiempo requerido, seguramente está padeciendo los efectos negativos de la falta de un descanso reparador, a saber:

  1. Usted luce menos atractivo, con ojeras y desagradable aspecto de cansancio y falta de energía.
  2. Usted tiene más probabilidades de tomar malas decisiones.
  3. Usted tiene una disminución significativa de sus reflejos y alertas físicas.
Las cinco estrategias recomendadas por el Dr. Raghunathan para dormir mejor son:

  • Minimizar las fuentes artificiales  de luz en su habitación.
  • Asegurar que dispone de un ambiente sonoro adecuado (sonidos blancos, tales como el rumor del mar, el ruido tenue del aire acondicionado o el ventilador).
  • Mantener la habitación a una temperatura adecuada.
  • Tratar de mantener una rutina en el horario del sueño, esto es, acostarse y levantarse a la misma hora cada día.
  • No realizar actividades estresantes en las horas previas a su horario de sueño.
Para terminar nuestro recorrido por el cuarto pecado contra la felicidad y las estrategias para minimizar sus efectos negativos, resulta interesante destacar que cuando no tenemos un estilo de vida saludable podemos sentir: agitación interna, impaciencia, distracción y cansancio. Todas estas emociones se relacionan con el déficit de atención y el sentimiento de que todo en su vida está fuera de control, y que estás sumergido en un mar de obligaciones, tareas y retos imposibles de afrontar con éxito. Por todo ello, dormir bien, comer correctamente y ser más activos, resulta indispensable para eliminar el déficit de atención y aumentar nuestras posibilidades de adoptar mejores decisiones y sentirnos más capaces y felices.



lunes, 5 de octubre de 2015

El Cuarto Pecado: Herramientas para Evitarlo (II Parte)


El reconocimiento de nuestros malos hábitos es la condición necesaria para poder trazar una estrategia que nos conduzca a la eliminación de los mismos, y la necesidad obsesiva de control no es una excepción. Para poder diagnosticar en qué magnitud tenemos tendencia excesiva de control, podemos utilizar un instrumento propuesto por Jerry Burger, denominado Escala para la Deseabilidad del Control, cuya forma de procesar las respuestas hemos adaptado para facilitarle a mis lectores descubrir cuán dados al control excesivo son:

Este instrumento nos propone una escala de selección con siete posibles alternativas:
  • 1.       No es aplicable a mi persona en modo alguno.
  • 2.       Usualmente no es aplicable a mi persona.
  • 3.       Muy a menudo no es aplicable a mi persona.
  • 4.       Estoy inseguro de si es aplicable a mi conducta o no aplica solamente en un 50 % de los casos.
  • 5.       Aplica a mi conducta más veces de las que no.
  • 6.       Usualmente aplica a mi manera de actuar.
  • 7.       Aplica siempre a mi manera de actuar.

Para procesar sus respuestas, hemos considerado que otorgar a cada respuesta, la misma cantidad de puntos que el número de la alternativa seleccionada, para finalmente, aplicar la siguiente escala de interpretación de los resultados, propuesta asimismo por Jerry Burger:
  • ü  Menos de 80 puntos: Usted tiene menos tendencia al control que el 95 % de las personas.
  • ü  Menos de 90 puntos: Usted tiene menos tendencia al control que el 70 % de las personas.
  • ü  Entre 90 – 110 puntos: Su tendencia al control es normal.
  • ü  Más de 110 puntos: Usted más tendencia al control que el 70 % de las personas.
  • ü  Más de 120 puntos: Usted más tendencia al control que el 95 % de las personas.

Es decir, que podremos considerarnos satisfechos cuando nuestra tendencia al control sea igual o menor que 110 puntos, cuando resumamos el valor asignado a los veinte aspectos considerados, a saber:
1.       Yo prefiero un trabajo donde tenga el máximo de control posible sobre lo que hago y cómo y cuándo lo hago.
2.       Yo disfruto la participación política porque quiero tener tanta incidencia en las acciones de gobierno como sea posible.
3.       Yo trato de evitar las situaciones en las que otra persona me dice que tengo que hacer.
4.       Yo prefiero ser líder antes que seguidor.
5.       Yo disfruto el ser capaz de influenciar las acciones de otros.
6.       Yo chequeo cuidadosamente todo en el funcionamiento del automóvil antes de comenzar un viaje largo.
7.       Las demás personas usualmente saben lo que es mejor para mí.
8.       Yo disfruto el poder tomar mis propias decisiones.
9.       Yo disfruto cuando tengo el total control de mi destino.
10.   No me gusta que otro tenga el liderazgo cuando participo en un proyecto de grupo.
11.   Generalmente me considero mejor preparado para manejar las situaciones que otras personas.
12.   Me gustaría dirigir mi propio negocio y cometer mis propios errores para no tener que sufrir los errores de los demás.
13.   Me gusta tener una idea clara de cómo hacer un trabajo y qué se espera de él, ante de comenzar a ejecutarlo.
14.   Cuando veo un problema, prefiero hacer algo para resolverlo más que esperar y dejar que continúe sucediendo.
15.   Cuando se trata de órdenes, prefiero darlas que recibirlas.
16.   Me gustaría trasladarle a otros muchas de las decisiones cotidianas de la vida.
17.   Cuando manejo, trato de evitar ponerme en una situación donde puede tener un accidente y ser lastimado, por los errores de otros.
18.   Prefiero evitar las situaciones donde alguien más deba decirme que debería estar haciendo.
19.   Hay muchas situaciones en las cuales prefiero tener una sola alternativa ante de tener que decidir cuál adoptar entre muchas opciones.
20.   Me gusta esperar y ver si otra persona resuelve un problema y así yo no tengo que preocuparme por hacerlo.

Como explicamos en nuestra entrega anterior, la tendencia al control se asocia en la mayoría de los casos al “perfeccionismo”, entendiéndose como tal un estado de insatisfacción que nos obliga a considerar que las cosas nunca están tan bien como deberían, y estar impelidos a mejorarlas constantemente, sin tener en cuenta que “lo excelente es enemigo de lo bueno”. Es por eso que para completar este diagnóstico – a los efectos de incrementar nuestra felicidad erradicando el cuarto pecado – resulta provechoso explorar cuán tendentes al perfeccionismo somos, a modo de completar nuestro diagnóstico preliminar.

El instrumento que le proponemos, fue sugerido por el profesor Dr. Rajagapal Raghunathan en una de las conferencias de su curso on-line acerca de cómo lograr una vida exitosa y feliz. En el mismo se propone una escala de evaluación de siete alternativas, las cuales vamos a evaluar utilizando el mismo método que en el caso del instrumento anterior, esto es, asignar a cada respuesta el valor en puntos del orden de la misma, según lo siguiente:
  • 1.       Totalmente en desacuerdo.
  • 2.       En desacuerdo.
  • 3.       En cierta medida en desacuerdo.
  • 4.       Ni de acuerdo ni en desacuerdo.
  • 5.       De acuerdo en cierta medida.
  • 6.       De acuerdo.
  • 7.       Plenamente de acuerdo.

La interpretación de los resultados alcanzados se realiza según la siguiente escala:
  • ü  Menos de 35 puntos: Usted tiene tendencia a sentirse satisfecho con los resultados que logra.
  • ü  Entre 35 – 50 puntos: Usted tiene tendencia al perfeccionismo.
  • ü  Más de 50 puntos: Usted es extremadamente perfeccionista.

Los aspectos que deben ser considerados en este instrumento son los siguientes:
  • 1. Muchas veces yo fantaseo en vivir de maneras totalmente diferentes a como vivo en la actualidad.
  • 2.   No importan cuán satisfecho yo esté con mi trabajo, yo considero imprescindible estar siempre buscando nuevas y mejores oportunidades.
  • 3.   Cuando voy en el carro oyendo la radio, usualmente cambio el dial y reviso oras estaciones para ver si están tocando algo mejor, aun cuando esté relativamente satisfecho con lo que estoy escuchando.
  • 4.     Cuando veo la TV, reviso otros canales, aún en medio de un programa que esté viendo.
  • 5.      Muchas veces se me hace difícil seleccionar un regalo para un amigo.
  • 6.      Cuando compro, me toma mucho tiempo encontrar una ropa que realmente me guste.
  • 7.     Rentar videos para mí es bien difícil, porque siempre estoy preocupado por encontrar la mejor de todas las ofertas.
  • 8.   Yo le doy a mis relaciones personales, el mismo tratamiento que a mis comprar de ropa, siempre busco encontrar la relación perfecta.
  • 9.      No importa lo que haya logrado, siempre tengo metas más altas.
  • 10.  Yo nunca selecciono la segunda mejor opción.

Una vez realizados ambos diagnóstico el paso final consiste en hacer un análisis cruzado para identificar el grado en que estamos cometiendo el cuarto pecado contra nuestra felicidad, y estar en condiciones de adoptar estrategias para minimizar sus nocivos efectos. Para este análisis utilizaremos la siguiente tabla:

Primer Test
Segundo Test
Resultados
Más de 120
Menos de 50
Altamente controlador
Más de 120
Entre 35 y 50
Mayormente controlador
Entre 110 - 120
Mayor de 50
Mayormente controlador
Entre 110 – 120
Entre 35 y 50
Probable controlador
Menos de 80
Menos de 50
Baja tendencia al control

Antes de concluir este primer paso en la búsqueda de estrategias para minimizar los efectos de la necesidad del control, en nuestra felicidad y éxito, debemos prevenir a nuestros lectores, de que como reza el refrán “tan malo es no llegar como pasarse”, y así la baja tendencia al control puede convertirse asimismo en un problema tanto cuando nos veamos obligados a controlar determinadas situaciones, como porque nos puede convertirnos en víctimas de personas controladoras que quieran coartar nuestro libre albedrío.


Les invito a evaluarse utilizando los instrumentos ofrecidos para estar listos para interiorizar los consejos de la tercer parte de este cuarto pecado: la necesidad obsesiva del control.