lunes, 5 de octubre de 2015

El Cuarto Pecado: Herramientas para Evitarlo (II Parte)


El reconocimiento de nuestros malos hábitos es la condición necesaria para poder trazar una estrategia que nos conduzca a la eliminación de los mismos, y la necesidad obsesiva de control no es una excepción. Para poder diagnosticar en qué magnitud tenemos tendencia excesiva de control, podemos utilizar un instrumento propuesto por Jerry Burger, denominado Escala para la Deseabilidad del Control, cuya forma de procesar las respuestas hemos adaptado para facilitarle a mis lectores descubrir cuán dados al control excesivo son:

Este instrumento nos propone una escala de selección con siete posibles alternativas:
  • 1.       No es aplicable a mi persona en modo alguno.
  • 2.       Usualmente no es aplicable a mi persona.
  • 3.       Muy a menudo no es aplicable a mi persona.
  • 4.       Estoy inseguro de si es aplicable a mi conducta o no aplica solamente en un 50 % de los casos.
  • 5.       Aplica a mi conducta más veces de las que no.
  • 6.       Usualmente aplica a mi manera de actuar.
  • 7.       Aplica siempre a mi manera de actuar.

Para procesar sus respuestas, hemos considerado que otorgar a cada respuesta, la misma cantidad de puntos que el número de la alternativa seleccionada, para finalmente, aplicar la siguiente escala de interpretación de los resultados, propuesta asimismo por Jerry Burger:
  • ü  Menos de 80 puntos: Usted tiene menos tendencia al control que el 95 % de las personas.
  • ü  Menos de 90 puntos: Usted tiene menos tendencia al control que el 70 % de las personas.
  • ü  Entre 90 – 110 puntos: Su tendencia al control es normal.
  • ü  Más de 110 puntos: Usted más tendencia al control que el 70 % de las personas.
  • ü  Más de 120 puntos: Usted más tendencia al control que el 95 % de las personas.

Es decir, que podremos considerarnos satisfechos cuando nuestra tendencia al control sea igual o menor que 110 puntos, cuando resumamos el valor asignado a los veinte aspectos considerados, a saber:
1.       Yo prefiero un trabajo donde tenga el máximo de control posible sobre lo que hago y cómo y cuándo lo hago.
2.       Yo disfruto la participación política porque quiero tener tanta incidencia en las acciones de gobierno como sea posible.
3.       Yo trato de evitar las situaciones en las que otra persona me dice que tengo que hacer.
4.       Yo prefiero ser líder antes que seguidor.
5.       Yo disfruto el ser capaz de influenciar las acciones de otros.
6.       Yo chequeo cuidadosamente todo en el funcionamiento del automóvil antes de comenzar un viaje largo.
7.       Las demás personas usualmente saben lo que es mejor para mí.
8.       Yo disfruto el poder tomar mis propias decisiones.
9.       Yo disfruto cuando tengo el total control de mi destino.
10.   No me gusta que otro tenga el liderazgo cuando participo en un proyecto de grupo.
11.   Generalmente me considero mejor preparado para manejar las situaciones que otras personas.
12.   Me gustaría dirigir mi propio negocio y cometer mis propios errores para no tener que sufrir los errores de los demás.
13.   Me gusta tener una idea clara de cómo hacer un trabajo y qué se espera de él, ante de comenzar a ejecutarlo.
14.   Cuando veo un problema, prefiero hacer algo para resolverlo más que esperar y dejar que continúe sucediendo.
15.   Cuando se trata de órdenes, prefiero darlas que recibirlas.
16.   Me gustaría trasladarle a otros muchas de las decisiones cotidianas de la vida.
17.   Cuando manejo, trato de evitar ponerme en una situación donde puede tener un accidente y ser lastimado, por los errores de otros.
18.   Prefiero evitar las situaciones donde alguien más deba decirme que debería estar haciendo.
19.   Hay muchas situaciones en las cuales prefiero tener una sola alternativa ante de tener que decidir cuál adoptar entre muchas opciones.
20.   Me gusta esperar y ver si otra persona resuelve un problema y así yo no tengo que preocuparme por hacerlo.

Como explicamos en nuestra entrega anterior, la tendencia al control se asocia en la mayoría de los casos al “perfeccionismo”, entendiéndose como tal un estado de insatisfacción que nos obliga a considerar que las cosas nunca están tan bien como deberían, y estar impelidos a mejorarlas constantemente, sin tener en cuenta que “lo excelente es enemigo de lo bueno”. Es por eso que para completar este diagnóstico – a los efectos de incrementar nuestra felicidad erradicando el cuarto pecado – resulta provechoso explorar cuán tendentes al perfeccionismo somos, a modo de completar nuestro diagnóstico preliminar.

El instrumento que le proponemos, fue sugerido por el profesor Dr. Rajagapal Raghunathan en una de las conferencias de su curso on-line acerca de cómo lograr una vida exitosa y feliz. En el mismo se propone una escala de evaluación de siete alternativas, las cuales vamos a evaluar utilizando el mismo método que en el caso del instrumento anterior, esto es, asignar a cada respuesta el valor en puntos del orden de la misma, según lo siguiente:
  • 1.       Totalmente en desacuerdo.
  • 2.       En desacuerdo.
  • 3.       En cierta medida en desacuerdo.
  • 4.       Ni de acuerdo ni en desacuerdo.
  • 5.       De acuerdo en cierta medida.
  • 6.       De acuerdo.
  • 7.       Plenamente de acuerdo.

La interpretación de los resultados alcanzados se realiza según la siguiente escala:
  • ü  Menos de 35 puntos: Usted tiene tendencia a sentirse satisfecho con los resultados que logra.
  • ü  Entre 35 – 50 puntos: Usted tiene tendencia al perfeccionismo.
  • ü  Más de 50 puntos: Usted es extremadamente perfeccionista.

Los aspectos que deben ser considerados en este instrumento son los siguientes:
  • 1. Muchas veces yo fantaseo en vivir de maneras totalmente diferentes a como vivo en la actualidad.
  • 2.   No importan cuán satisfecho yo esté con mi trabajo, yo considero imprescindible estar siempre buscando nuevas y mejores oportunidades.
  • 3.   Cuando voy en el carro oyendo la radio, usualmente cambio el dial y reviso oras estaciones para ver si están tocando algo mejor, aun cuando esté relativamente satisfecho con lo que estoy escuchando.
  • 4.     Cuando veo la TV, reviso otros canales, aún en medio de un programa que esté viendo.
  • 5.      Muchas veces se me hace difícil seleccionar un regalo para un amigo.
  • 6.      Cuando compro, me toma mucho tiempo encontrar una ropa que realmente me guste.
  • 7.     Rentar videos para mí es bien difícil, porque siempre estoy preocupado por encontrar la mejor de todas las ofertas.
  • 8.   Yo le doy a mis relaciones personales, el mismo tratamiento que a mis comprar de ropa, siempre busco encontrar la relación perfecta.
  • 9.      No importa lo que haya logrado, siempre tengo metas más altas.
  • 10.  Yo nunca selecciono la segunda mejor opción.

Una vez realizados ambos diagnóstico el paso final consiste en hacer un análisis cruzado para identificar el grado en que estamos cometiendo el cuarto pecado contra nuestra felicidad, y estar en condiciones de adoptar estrategias para minimizar sus nocivos efectos. Para este análisis utilizaremos la siguiente tabla:

Primer Test
Segundo Test
Resultados
Más de 120
Menos de 50
Altamente controlador
Más de 120
Entre 35 y 50
Mayormente controlador
Entre 110 - 120
Mayor de 50
Mayormente controlador
Entre 110 – 120
Entre 35 y 50
Probable controlador
Menos de 80
Menos de 50
Baja tendencia al control

Antes de concluir este primer paso en la búsqueda de estrategias para minimizar los efectos de la necesidad del control, en nuestra felicidad y éxito, debemos prevenir a nuestros lectores, de que como reza el refrán “tan malo es no llegar como pasarse”, y así la baja tendencia al control puede convertirse asimismo en un problema tanto cuando nos veamos obligados a controlar determinadas situaciones, como porque nos puede convertirnos en víctimas de personas controladoras que quieran coartar nuestro libre albedrío.


Les invito a evaluarse utilizando los instrumentos ofrecidos para estar listos para interiorizar los consejos de la tercer parte de este cuarto pecado: la necesidad obsesiva del control.











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