martes, 1 de septiembre de 2015

La Mística del Número Siete

Desde los albores de la humanidad el número siete ha estado rodeado de un cierto misterioso encanto. De acuerdo con la interpretación griega de los números, en siete es la unidad universal. La Biblia, el libro más leído de todos los tiempos, se expone como Dios creó, en seis días y al séptimo día descansó, dándole una connotación especial, ya que desde entonces ese día es considerado por muchas religiones como el día dedicado a la oración y la comunicación con Dios.

Siete son los días de la semana, porque siete fueron los siete astros  errantes que detectaron los primeros estudiosos de la bóveda celeste, dedicándole el domingo al sol; el lunes a la luna; el martes a Marte; el miércoles a Mercurio; el jueves a Júpiter; el viernes a Venus y el sábado a Saturno. Siete son también los mares del planeta, los colores del arco iris, las notas musicales y las maravillas de los Antiguo y Nuevo mundos. Es por ello quizás por ello que los esotéricos denominan al siete como número del destino.

En la cultura judía, el número siete desempeña un papel fundamental en la un papel fundamental en la fonética y es el que determina el ciclo del año. Los judíos celebra el Sabbat cada séptimo día, el séptimo mes (Nissan) es sagrado y cada séptimo año es una año sabático. Su fiesta de Azimos (pan) duraba siete días, al igual que la celebración de la Pascua. De igual modo, en la cultura judía siete eran los cielos, las cámaras del paraíso y los pastores de Israel (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, David y Salomón).

El número siete tuvo incidencia también en algunas profesiones, antiguamente para ser “sanador” es preciso haber sido el séptimo hijo o la séptima hija de un séptimo hijo o una séptima hija. A los hijos séptimos se les atribuía la facultad de predecir el futuro. En las culturas precolombinas americanas encontramos también referencias a la connotación del número siete. Os aztecas construyeron el Templo de las Siete Mazorcas, asociado a la adoración a sus dioses para lograr abundantes cosechas de su principal cultivo, el maíz.


Los metafísicos hacen referencia a siete niveles de conciencia, y siete son también los chakras determinados como centros de nuestra energía corporal por la filosofía hindú.


La historia refiere asimismo que siete fueron la Trompetas del Juicio de Dios sobre Roma; siete son también los Pecados Capitales y las Copas de la Ira de Dios, depositarias de las siete Plagas Postreras que anuncian el Apocalipsis. Todas estas referencias han creado un halo misterioso, mágico y místico alrededor del número siete, a los largo de todo el desarrollo histórico de la humanidad.

Como confirmación de la incidencia del  número siete en nuestras vidas cotidianas, investigaciones recientes han demostrado que son siete también los pecados que cometemos contra nuestra felicidad y nuestro éxito, y siete los hábitos que han de conducirnos a eliminarlos de nuestras acciones cotidianas, como estrategia para lograr una vida feliz y exitosa.

En esta serie de artículos, vamos a tratar los Siete Pecados de la Infelicidad y como eliminarlos de nuestras vidas mediante la incorporación de siete beneficiosos hábitos, que nos harán sentirnos más plenos, con mayor energía, y con una significativa motivación al éxito profesional y personal. Los invito a seguirme en este recorrido hacia la felicidad y la bienaventuranza, no se arrepentirán!!

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