
En
el ejercicio de mi profesión, he conocido muchos directivos. Algunos fueron mis
alumnos en post-grados o cursos de superación; otros mis compañeros en la maestría;
también estaban mis colegas en mi etapa
como directiva y a otros los conocí en la relación entre el consultor y los ejecutivos. La pluralidad
de personalidades y estándares administrativos observados me han permitido
generalizar algunos elementos esenciales comunes a todos los directivos
exitosos, que hoy quiero compartir con ustedes, incluyendo por supuesto mis
experiencias personales al respecto.
Antes
de enumerar los aspectos que considero mas importantes para el éxito de un
directivo, considero oportuno aclarar que en este contexto nos referiremos al
estrecho marco del éxito en el desarrollo de sus tareas personales, aislándolas
para su estudio, como bajo un microscopio, y dejando fuera de toda consideración,
el éxito de la organización o negocio como sistema; si bien algunos de los
consejos que se ofrecen pueden ser generalizados al ámbito organizacional.
Cada
día un directivo enfrenta un grupo numeroso de tareas a realizar, las cuales no
tienen todas, el mismo nivel de importancia ni de complejidad. He omito a propósito
el nivel de urgencia, porque siendo usted un asiduo lector de mis artículos, ya
aprendió que lo urgente generalmente es algo importante que no fue considerado
oportunamente, bien sea por un error de planificación o un fallo en la organización
de sus tareas; pero el lector puede considerar también ese aspecto, si es que
aun no conoce como controlar el mismo.
Para
acometer sus tareas, un directivo necesita disponer de suficiente energía y tiempo, entre otros recursos. Centremos primeramente nuestra atención
en la energía. Todos tenemos que hacer inversiones en energía, dadas que
nuestras reservas se agotan si no las renovamos sistemáticamente, por tanto, al
analizar este aspecto debemos considera dos cuestiones esenciales:
a)
Que hacer
para renovar nuestras energías.
b)
Que hacer
para eliminar los “ladrones de nuestra energía”.
Para
mantener una óptima disposición para acometer el trabajo, es preciso que usted
renueve su energía regularmente, para ello le recomendamos invertir en energía
mediante: una alimentación adecuada; la realización de ejercicios sistemáticamente;
un uso adecuado de su tiempo libre para proporcionarse un descanso activo, y
finalmente, dormir no menos de ocho horas diariamente.
Ahora
bien, del mismo modo que usted preserva sus bienes materiales y financieros de
ladrones potenciales, debe cerrarle el paso a los depredadores de su energía
personal, para lo cual necesita identificarlos y eliminarlos, o en su defecto,
minimiza sus efectos.
La sabiduría
tibetana, nos ha legado las apreciaciones del Dalai Lama, al respecto de los “diez
ladrones de tu energía”, refiriéndose así a modos de comportamiento que
sustraen energía positiva de nuestro cuerpo y nos impiden tener desempeños más
exitosos. Seguidamente, te brindamos algunos consejos para eliminar o minimizar
los efectos de los ladrones de energía.
1-
No permitas
que tu oficina se convierta en un depósito de quejas,
problemas, historias desastrosas, miedos, juicios y prejuicios. Aleja a las
personas que tienen la tendencia a dejar su basura en la mente ajena. Una buena
estrategia al respecto es solicitarle a quien te presenta un problema, una
propuesta de solución para el mismo y que la implemente.
2-
Mantén tus
finanzas al día. Paga tus deudas a tiempo y al mismo tiempo cobra a quien
te debe. Cuando una deuda sea incobrable, es mejor dejarla ir.
3- Cumple tus promesas. Cuando no
puedas cumplirla, pero mantengas tu compromiso al respecto, siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a
compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no
cumplida, sin hacer de esto una costumbre. Cuando se trate de algo que no
quieras hacer, lo mas aconsejable es decir que no desde el principio.
4-
Delega las
tareas. Utiliza a tus colaboradores para hacer aquellas tareas
que pueden hacer tanto o mejor que tu, y resérvate para aquellas cosas que
tienen una mayor complejidad y te aportan una mayor satisfacción.
5-
Date permiso
para descansar. Cuando sientas que necesitas descansar, hazlo. Actúa
solo cuando sientas que estas en un momento de oportunidad.
6-
Organiza tu
entorno físico. Nada roba más energía que un espacio desordenado y lleno
de cosas que ya no necesitas: tira lo innecesario; recoge y organiza lo que
necesites.
7-
Prioriza tu
salud. Sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo, no
puedes hacer mucho. Invierte en acciones que te proporcionaran una mejor salud.
8-
Enfrenta las
situaciones toxicas que estas tolerando. Analiza y
elimina todas las situaciones no deseadas y actitudes negativas que estas
tolerando.
9-
Acepta. Nada te
hace perder mas energía que el resistir y luchar contra una situación que no
puedes cambiar.
10-
Perdona. Deja ir
aquellas situaciones que te disgusten y te estén causando dolor, siempre puedes
elegir dejar el dolor del recuerdo. El resentimiento te roba tus energías
personales y no te permite avanzar hacia nuevos desafíos y logros.
Como ya habíamos explicado, un
directivo, además de energía, necesita tiempo para poder realizar sus tareas.
Si bien es cierto que cuando tenemos suficiente energía podemos acometer un
mayor volumen de tareas, si no tenemos en cuenta la administración adecuada del
tiempo, podemos crear un círculo vicioso que terminará finalmente por agotar
nuestras reservas energéticas, al dedicar demasiado tiempo al trabajo, en
detrimento del descanso y la relajación.
Si queremos ser verdaderamente
exitosos en el desarrollo de nuestras actividades personales, debemos combinar
eficazmente tiempo y energía, para lo cual necesitamos administrar eficazmente
el tiempo disponible. Como ya le hemos comentado, cada persona dispone de la
misma cantidad de tiempo cada día, por que entonces a unos les rinde mas que a
otros, simplemente, por lo administran mejor. La base de una buena administración
del tiempo es el ejercicio efectivo de la función gerencial de organización. En
nuestra práctica profesional hemos podido constatar que aquellas personas que
se organizan adecuadamente, hace un mejor uso de su tiempo, y disponen del
necesario para su vida privada y su familia.
De acuerdo con Bajda (2013), algunas
veces la mala administración del tiempo individual es consecuencia de algunos estándares
erróneos asumidos por las personas, como por ejemplo: si no estoy ocupado, soy
un vago, o si puedo hacer una cosa estoy obligado a hacerlo. De acuerdo a esta
autora, muchas personas se auto-sabotean, conspirando en contra de su propio éxito
en la administración del tiempo, porque dedican mucho tiempo a actividades que
no les motivan y no le proporcionan realización personal.
Al respecto, y con un enfoque mas
general del éxito, Britos (2013), reafirma que la manera en que pensamos,
nuestros modelos mentales, determinan tus potencialidades de éxito. Así que si
deseamos ser exitosos en nuestras actividades como ejecutivos, debemos
previamente modelar nuestra mente para el éxito. Llevando este principio al
contexto de la administración del tiempo, es preciso lograr un modelo mental
diferente al que en la generalidad de los casos se han formado los directivos: agobio
de tareas, poco tiempo para la vida personal y un alto nivel de estrés laboral.
Si asumimos un modelo mental en
el que reforzamos el criterio de que el tiempo es el único recurso equitativo
del mundo y que solo tenemos que administrarlo mejor; y de que un directivo
exitoso es aquel que logra armonizar su vida personal con sus logros
profesionales mediante una administración eficaz del tiempo; estaremos en
mejores condiciones de armonizar energías y tiempo, para alcanzar el éxito en
las tareas gerenciales.
A partir del análisis anterior
podemos recomendarle lo siguiente:
1-Modifique su modelo mental. Asuma sus tareas con la perspectiva de
un directivo que hace una óptima administración de su tiempo y combina armónicamente
este con sus energías para lograr el éxito individual.
2- Elimine sus “roba-tiempo”. Determina cuales son sus ladrones de
tiempo y trace estrategias para la eliminación de los mismos. Le sugerimos leer
nuestro articulo anterior, a modo de ayuda en este empeño.
3- Sistematice. Haga un uso sistemático de las técnicas de la organización
del trabajo de dirección y aprenda a optimizar su tiempo, a manejar el teléfono,
la agenda, las visitas y las reuniones.
4- Optimice el uso de sus colaboradores. Aprenda a delegar con
eficacia, emplee a fondo a sus colaboradores, descubra y estimule el desarrollo
de todas sus potencialidades.
Debo enfatizar que si bien los elementos tratados en este articulo, no agotan todos los aspectos a considerar en el éxito de un negocio, constituyen cuestiones muy importantes a tener en cuenta para garantizar la eficacia del trabajo administrativo de los empresarios y gerentes, y el éxito individual de cada uno de ellos en el desarrollo de sus actividades cotidianas.

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