Nos
aprestamos a seleccionar el próximo presidente de los Estados Unidos. Los
debates, encuestas, artículos e intercambios en las redes sociales, se
adicionan al entramado de las campañas de los candidatos de ambos partidos para
definir, en las primarias quien será finalmente el aspirante de cada partido,
quedando entonces en manos de los ciudadanos capacitados para el voto el
ejercer su derecho a seleccionar el próximo presidente de la Nación.
Si
nos atenemos a la primera de las 36 leyes universales consideradas por la
Teosofía, el Budismo y el Rei-ki, entre otras filosofías: “Como es arriba es
abajo”, lo cual implica que lo que se produce en un macrocosmo
indefectiblemente se replicará en los microcosmos que lo integran. De igual
modo, el liderazgo replica su filosofía y valores en todos los colaboradores,
de ahí la particular importancia que la selección correcta y adecuada de los
líderes, sin excluir el presidente de una nación.
La eficacia del líder se considera típicamente en términos del grado
del logro de una meta o de una combinación de ellas, sin embargo el análisis de
esta eficacia es según el punto de vista con que se analiza. Los individuos
pueden considerar al líder como eficaz o ineficaz según las satisfacciones que
deriven de la experiencia total de trabajo. En realidad la aceptación de un
líder reposa ampliamente en las expectativas de los seguidores, de que una acción
o estrategia adoptada produzca el resultado esperado por éstos.
El liderazgo
puede ser formal o informal, de acuerdo a la forma en que se selecciona el
mismo. Los líderes formales son
aquellos que designa la estructura formal de una organización para cumplir
tareas de dirección dentro de la misma. Las personas que ocupan estos cargos
llegan a los mismos, a través de un régimen de promociones y/o ascensos que
implementa la organización; o por medio de designaciones directas. Estos líderes en general son capacitados para ocupar dichos puestos,
sin que esto implique necesariamente poseer todas las características innatas
de un líder. Los líderes informales
son aquellos que surgen en forma espontánea y natural, en el seno de un grupo. Su
potencial de influencia se basa en el consentimiento voluntario de la mayoría
del mismo. Este tipo de líder en general tiene cualidades y habilidades innatas
para desarrollar sus funciones al frente de los grupos.
En caso de un presidente de un estado
demócrata, se combinan ambas formas, pues si bien los aspirantes a ocupar el
cargo son personas que tienen una apreciable formación profesional que les pone
en condiciones de desempeñarse en el cargo al que pretenden ascender, el cual
forma parte de una estructura organizativa jerárquica formal en la cual una vez
insertado deberá cumplir determinadas tareas de dirección; su selección
finalmente depende de algunas características básicamente asociadas a las que
conforman la personalidad de un líder informal, tales como el carisma, la
capacidad de captar la voluntad de voto y la autoridad formal que logren demostrar
sobre sus electores. Por eso se hace especialmente compleja la selección, tanto
de los candidatos de cada partido como la del Presidente de la nación.
Estas consideraciones me han motivado a
darles algunos elementos que puedan coadyuvar a orientar su selección, para cuando
se vea enfrentado a esta disyuntiva no se guíe solamente por la simpatía o por
una corazonada. A continuación revisaremos qué cualidades de cada tipo de
liderazgo debe tener un candidato a presidente, para incrementar nuestra
probabilidad de acierto al hacer nuestra selección, considerando como tal el
éxito de su gestión en términos de satisfacción de las expectativas del
electorado.
Para hacer esta revisión debemos tener
en cuenta, que la mayoría de las características del liderazgo formal se dan en
el caso de un presidente, sólo a partir del momento en que éste toma por
posesión del cargo, por lo tanto en el período previo debemos considerar con
mayor énfasis en las características del liderazgo informal, que deben estar
presentes en la personalidad de un buen presidente.
La confianza en sí mismo puede definirse como la seguridad que
tiene en sus actos, en base en sus conocimientos, experiencia, etc., con
independencia de factores externos, en tanto que el entusiasmo que es la
actitud que denota el empuje, el empeño, las ganas que pone el líder en cada
una de sus acciones al frente del grupo.
Coraje es la valentía frente a cierto tipo de acciones que son nuevas o de
las cuales no se conoce su resultado cierto, sin que esto signifique no ser
cauto. Si el líder tiene fuerza para atraer al grupo o ganarse su confianza por
su sola forma de ser, entonces éste líder tiene carisma: que es la
destreza para convencer a diferentes fuentes de la organización de que se está
en frente a un triunfador.
El líder por lo general tiene un contagioso entusiasmo y gran maestría
para contestar cualquier crítica con aseveraciones aparentemente fundamentadas.
El optimismo es la confianza razonable de recompensa según el trabajo
realizado sobre la base de la capacidad de uno y al grupo adecuado para hacer frente
a las distintas contingencias.
Otra de las características que debe poseer un líder es sensibilidad
social. El líder es sensible socialmente si sus percepciones de los
estímulos externos e internos, concuerdan con un criterio de realidad. Todas
las percepciones que concuerden con un criterio específico de realidad son
clasificadas como correctas o sensibles, y las que no, como insensibles.
La personalidad de un líder se completa con cualidades esenciales en
sus relaciones con el colectivo que dirige, a saber: integridad, perseverancia
y credibilidad. La integridad, se relaciona asimismo con la honestidad y responsabilidad
que demuestra el líder en sus actos. Perseverancia, se refiere a
su capacidad de ser constante e insistente en los asuntos que le concierne a su
grupo y al logro de sus objetivos.
Todo líder debe saber cómo mostrar a sus colaboradores como llevar a
cabo su trabajo, y de la misma manera, las ventajas que esto implica, por lo
que la persuasión -capacidad de influir en otras personas- es una
característica muy importante que se complementa con la claridad en la que se
expresan los objetivos; si el líder no se muestra seguro y creíble en sus
aseveraciones y pedidos, es difícil que sea correspondido. La credibilidad y
la coherencia – correspondencia entre el discurso y el desempeño – son
esenciales para lograr un liderazgo efectivo.
En lo que respecta a las características propias de liderazgo formal,
debemos subrayar la importancia de que el líder posea habilidad para tomar
decisiones, ser capaz de saber discernir
qué es lo que le conviene a la nación o parte de ella en cada momento,
basándose en la información que posea al respecto y el uso adecuado y
permanente de su colectivo de asesores más cercanos, lo cual nos lleva a otras
de las cualidades importantes, la habilidad para obtener o dar colaboración,
ya que es de gran importancia que una persona que esté a la cabeza de un grupo
humano de cualquier naturaleza, el saber ayudar y hacerse de ayuda cuando la
situación lo amerite, puesto que esto puede implicar el éxito o el fracaso del
emprendimiento.
Cuando un líder ha desarrollado convenientemente la habilidad
de utilizar a sus colaboradores, y reconoce la importancia del uso de la Inteligencia
colectiva como herramienta gerencial, desaparecen cualidades tan negativas y
nocivas como la arrogancia y la prepotencia, que llevadas al campo de la
política tienen su expresión más álgida en la xenofobia, el fanatismo, el
chovinismo y otras tendencias excluyentes, que cuando están presentes en la
política de un estado tanto conspiran contra la unión, la paz y la armonía interna
y externa de una nación.
Me gustaría pensar que estas consideraciones podrán ayudar a mis
conciudadanos a hacer una mejor elección, y orientar su voluntad de voto hacia
aquel candidato que haya demostrado so potencial de liderazgo más convincentemente.
Y para darles una mayor gama de consideraciones a los interesados, les invito a
leer detenidamente “Los Secretos del Liderazgo de Colin Powell” (Autor: Oron
Harari), unas de las personalidades políticas más importantes de la historia
reciente de los Estados Unidos; sus consejos y puntos de vista sientan cátedra
de lo que debe ser un líder en cualquier ámbito de la vida social y económica,
desde el intimo contexto de una familia hasta los niveles más altos de
dirección.